Alemania, 1912. Un graduado de extracción humilde acepta una plaza como oficinista en una acerería. Impresionado por su trabajo, el envejecido dueño lo contrato como secretario privado. Con la salud afectada, el propietario se ve confinado en su casa, adonde el joven se traslada para continuar su labor. Allí conoce a la esposa del dueño, mujer joven, bella y reservada.
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